Hoi An y sus faroles, una escala poética

Después de una pausa histórica en Hué, nos vamos a Hoi An, una etapa del viaje que esperamos con impaciencia ! Fue durante la planificación del viaje que vimos en varios blogs muchas fotos preciosas de los faroles de Hoi An y de sus casas coloniales. Buscando un poco, descubrimos que era un puerto próspero, con mercaderes de toda Asia que se establecieron allí. Hoy, el puerto mercantil ya no existe, y hay cerca de un millar de casas con influencia japonesa, china, francesa, haciendo de Hoi An la ciudad más encantadora de Vietnam (y la más visitada también…)

El casco antiguo de Hoi An

Después de una llegada bajo el estrés (debido a la historia del cajero automático del artículo anterior), nos instalamos en un hotel y salimos a visitar el centro de Hoi An. Quedamos encantados con la ciudad ! Es muy harmoniosa : sus viejas casas, todas de un tono amarillo y ocre, los balcones de madera, las guirnaldas de faroles, el rió que traviesa la ciudad con las barcas para los turistas… Hasta bajo el cielo gris, Hoi An es hermosa !

El puente japonés cubierto, la atracción estrella de la ciudad, es muy antiguo (construido en 1593). Bonito pero lleno de gente, muy parecido al de Hué y que pudimos visitar con tranquilidad. Nos quedamos parados de la lógica que aplican los locales : si se entra por un lado, te marcan una casilla del billete turístico de 5 visitas, si se entra por el otro, no (no hay control). Así que rodeamos el puente por otra calle para llegar del lado gratuito 🙂

Pasamos casi todo el tiempo paseando por las calles de Hoi An, zigzagueando entre las ordas de turistas asiáticos. siempre en grupo, con el palo selfie y tomando fotos de todo. Compramos el billete turístico para visitar 5 lugares (casas, templos y el puente) de entre los 20 disponibles. Son visitas interesantes la mayoría y casi siempre en francés ! Nos volvimos expertos en arquitectura vietnamo-chino-japonesa del siglo XIX ! 😉

Sin olvidar nuestro pequeño tour por el mercado y el descubrimiento del Cau Lao, la especialidad local… A base de fideos de arroz, trozos de cerdo, hierbas aromáticas y caldo. Delicioso, como muchos de los platos vietnamitas !

Hoi An by night

La ciudad cobra vid por la noche. Los vendedores ambulantes se instalan, los faroles se encienden, las velas flotantes se pierden río abajo, los restaurantes se llenan, música sale de cada bar… y la gente invade las calles (más todavía!). Parejas vietnamitas en ao dai, el vestido tradicional, van a hacerse una sesión de fotos de boda, aguantando el tipo entre el cansancio y la gente. Hoi An es una ciudad mágica durante el día pero encantada de noche. No podíamos parar de pasear por la noche.

Modistas por doquier

Hoi An es también la ciudad de los trajes a medida. Centenares de modistas para todos los precios, imposible escapar ! Después de 2 días de que Morgane no parara de pensar “no, no necesito más ropa”, cayó en la tentación y se hizo hacer un vestido ! Le gustaría vivir allí para tener toda su ropa hecha a medida !  Un vestido con grandes girasoles amarillos, observadlo bien, lo veréis en los próximos articulos porque lo usó durante todo el viaje !

El museo-galería Precious Heritage de Réhahn

Descubrimos el museo Previous Heritage de Réhahn, un fotógraafo normando instalado desde hace años en Hoi An que hace sobretodo retratos de la gente local (sobretodo de las diferentes etnias del país, para preservar la cultura). Desde hace años realiza un gran trabajo de documentación y conservación” de las tradiciones y costumbres de las 54 etnias vietnamitas, que visita una a una para fotografiar y recuperar un vestido tradicional. Siendo algunas etnias tan pequeñas (300 personas a veces) y perdiéndose las tradiciones, a veces sólo queda un ejemplar completo de su vestido tradicional, que el jefe del pueblo aceptó de donar a Réhahn para ser expuesto en e museo ! El museo está bien hecho, es interesante. Tuvimos la suerte de ver a Réhahn y hablar con él un rato sobre su trabajo y sus experiencias. Además, imposible resistirse a sus libros (pero nosotros nos conformamos con la versión “postales”, más fácil de llevar en la mochila) ! 🙂

En bicicleta por los arrozales

Aprovechamos un día sin lluvia para alquilar un par de bicis y salir a recorrer los alrededores de Hoi An. Un paseo muy agradable que permite salir de los atascos de las bicitaxi en el centro ! Recorrimos los arrozales tranquilamente, tomando fotos de los búfalos de agua y las vacas curiosas de nuestra presencia, observando los vietnamitas trabajar en el campo y los pescadores en la playa…

Y para terminar… carrera para atrapar el bus en moto !

Y se terminaron los 4 días en Hoi An… Queríamos un poco de sol y calor, así que nos decidimos por Mui Né, estación balnearia del sur de Vietnam. De hecho, compramos los billetes en el hotel la mañana para la noche. Un minibus debía recogernos i llevarnos donde el bus, pero al llegar la hora, no vino nadie… Normalmente los minibuses recogen a muchos parajeros y al paran en tantos hoteles, que la espera puede ser larga. Bromeábamos con los recepcionistas : “Seguro que no nos han olvidado ?”, “No, no, no os preocupéis, pasan por todos los hoteles”.

A las 18h, hora de salida del bus, empezamos a preocuparnos. Aunque Vietnam no sea un país puntual, los buses suelen salir a la hora… Volvimos a preguntar al recepcionista, que hizo una llamada… y otra, y otra. Vimos como su cara cambió. 5 minutos más tarde un hombre en moto apareció “Venga subid ! El bus nos espera !”, “Emmm pero señor, no debería venir un minibus a buscarnos ? Y debemos subir los 2 con usted, 2 mochilas grandes y 2 pequeñas en una sola moto ? No se puede”. Pero el señor insistía. Morgane subió con su mochila pequeña delante suyo, el hombre puso la mochila grande entre sus piernas y me pidió que subiera. Evidentemente no se podía. Llegó otra moto y así pudimos salir “cagando leches” para atrapar el bus, que se paró para esperarnos.

(la família puede omitir la siguiente frase) Y nos encontramos en moto, de noche, con las mochilas y sin casco por las calles de Hoi An. Llegamos donde el bus 10 minutos después, que estaba parado enmedio de la nada. El hombre de la moto nos contó que la chica del hotel de equivocó de día y reservó para el día siguiente… Así que el bus nos esperó durante 20 minutos, lo normal vaya !

Al final todo salió bien, quedaban 2 camas en el bus y se encontraban al final, nuestro lugar favorito 🙂 20h de bus hasta Mui Né por delante !