Bariloche, la Suiza argentina
Después de más de un mes en Patagonia, última etapa en la región! San Carlos de Bariloche se encuentra en el corazón de la región de los lagos. Nos quedamos 2 días, tiempo para comer bien (otra vez!) y hacer una pequeña excursión hasta un mirador con una vista magnífica sobre los lagos…
Bariloche es una pequeña ciudad conocida también como la «Suiza argentina», pues el paisaje se parece al de los Alpes y la especialidad local es el chocolate en rama. También es un lugar perfecto para la práctica del esquí y, al final del curso académico, muchos jóvenes van para festejar su diploma… Muchos immigrantes alemanes y austríacos se instalaron aquí y su influencia se nota en todos los rincones. Puede que hayáis oído hablar de Bariloche en un contexto histórico: después de la II Guerra Mundial, muchos nazis encontraron refugio en esta población. El director del colegio alemán (capitán de las SS Erich Priebke), el director del club de alpinistas (Otto Meiling, miembro de las Juventudes Hitlerianas) o el doctor Josef Mengele (el carnicero de Auschwitz) han vivido tranquilamente aquí sin ser molestados…
Pero volvámos a nuestra história: llegamos a dedo desde El Bolsón y encontramos un hostel rápidamente, una casa de madera estilo chalet, y nos fuimos a comer. Viaje a dedo = restaurante, así que aprovechamos para comer en «La fonda del tío», aconsejada por el camionero que nos llavó a El Bolsón. Hizo bien en advertirnos de compartir una milanesa napolitana entre los dos… Pero viendo la carta decidimos probar algo más, media porció de bife de chorizo (un pedazo de carne que no tiene nada que ver con el chorizo que conocemos). Resultado, por primera vez en nuestras vidas tuvimos que llevarnos comida a casa! No podíamos más. La milanesa era ENORME, como podréis apreciar en las fotos… Imaginad el gusto: una escalopa de ternera (enorme) cubierta de jamón, mucho queso fundido y salsa de tomate…
Después de aquello dimos un paseo para digerir la comida. Aunque la ciudad no tega nada de excepcional, está al borde de un lago y envuelta por montañas. Tiene una plaza principal con vista al lago donde los turistas se toman fotos con mastines que llevan un pequeño tonel en el cuello. Para los argentinos puede ser un poco exótico, pero para nosotros no. En la ciudad, en cada esquina (casi), una chocolatería! Probamos el chocolate en rama, bueno pero no excepcional.
Al día siguiente tomamos un bus para ir al mirador. Llegamos al pie del Cerro Campanario y teníamos 2 opciones: subir en teleférico (muy caro, 80 AR$/persona, el precio de una noche en el hostel!) o subir a pie. A pesar de no estar indicada, tomamos la segunda opción. Una subida empinada y rápida (30min), fácil de subir también. No es de extrañar que no esté indicado, les interesa que la gente tome el teleférico…
Al llegar arriba, gran vista sobre los lagos y las montañas! Vale la pena! Nos quedamos un rato contemplando las vistas y volvimos a bajar para volver a la ciudad. Hay muchas cosas que hacer en la región pero la mayoría son caras y no estábamos motivados para otro trek… Así que decidimos partir de Bariloche y seguir con nuestro camino a la mañana siguiente hacia Chile, siempre a dedo!
Pero antes de eso, vuelta al hostel. A las 2 de la madrugada, todos los compañeros de habitación (y gran parte del hostel) salieron de fiesta, pero nosotros nos quedamos para cargar las pilas para el día siguiente. Eso sin saber que nuestro vecino israelí volvería a eso de las 6h, borracho, y con una chica, y que empezarían a intimar como si no estuviéramos allí… Eso fué demasiado! Después de peridlo una segunda vez y de manera menos cordial, se fueron al baño a seguir con sus cosas. Pero aún así, gracias a unas paredes de papel, tuvimos el privilegio de oírlo TODO, incluyendo la chica vomitando al terminar y sus llantos posteriores de vergüenza… Viva la vida del hostel!!! Él hizo honor a la reputación de los israelíes (muy numerosos) que viajan: irrespetuosos, maleducados (cuando volvió no se excusó ni nada)… Las otras chicas de la habitación llegaron más tarde, imposible descansar esa noche… Así que partimos de mala leche y cansados a hacer dedo.
Como de costumbre, fuimos a la estación de servicio en la salida de la ciudad. Después de hablar con muchos conductores sin resultado, cambiamos el plan y nos dirigimos a la carretera. Sólo nos tomó 5 min! Un coche se paró y una pareja chilena se ofrecieron a acercarnos hasta Osorno, a 250km de allí. Genial!
Con ellos pasamos por una carretera que bordea los lagos y cruzamos una aduana eteeerna. Nos dejaron en la estación de buses de Osorno, donde tomamos uno hasta Pucón, a 3h de allí. A eso de las 20h30 llegamos a nuestro destino!
Siguiente: Pucón y el ascenso al volcán Villarrica!
Información práctica: del 20 al 22 de febrero 2014
– Wood House Hostel en Bariloche: 120 AR$/pers. Muy bueno, sólo intentad no tener compañeros israelíes en el dormitorio!
– Restaurante La fonda del tío: excelente, su milanesa a la napolitana está de muerte! Nos llevamos un buen recuerdo!