Cape Palliser y Martinborough : escapada perfecta cerca de Wellington
Cuando dejamos nuestros respectivos trabajos en Wellington, contábamos con partir directamente a la Isla Sur. Esto debería haber sido un martes, pero por casualidad vimos un anuncio sobre los cuartos de final de la copa del mundo de rugby a 13 en Wellington, el sábado… Pensamos que era una buena oportunidad y que de todas formas, teníamos tiempo de sobras para descubrir la Isla Sur. Pero necesitábamos algo que hacer durante 4 días… Perfecto para una escapada a Martinborough, region de vinos cerca de Wellington, y Cape Palliser, el lugar más al este de la Isla Norte. Un verdadero flechazo, como podréis ver!
Morgane terminó su último servicio en el hotel, recogimos nuestras cosas y pasamos las llaves a los siguientes inquilinos, esto último un poco a regañadientes… Nos sentíamos bien en esa casa! (A pesar del frío en invierno, la primavera fue ideal)
Noche en el lago Wairarapa
Pero rápidamente, y sin darnos cuenta, ya estábamos de vuelta asaltando las carreteras neozelandesas! Después de una hora y media de trayecto (no es una buena idea salir de Wellington por la tarde) nos instalamos en nuestro primer free camp en el lago Wairarapa: un lago, baños públicos, gran extensión de terreno y el vecino más cercano a 50m. Todo frente a un espectacular atardecer!
Sí, la pequeña furgo a la derecha somos nosotros! 🙂
Brindis con cerveza fresquita: libres de nuevo!
Cata de vino en Martinborough
Martinborough, región vinícola, esta muy cerca de allí. Después de una visita rápida por un pueblo vacío, decidimos que las 11h es una buena hora para una cata de vino! Pues en Nueva Zelanda encontramos buen vino también…
Pero fieles a nuestros ideales, quisimos degustar vinos ecológicos. En la oficina de turismo nos contaron que no, que no hay ningún productor de vino ecológico en la zona, pero que algunos casi lo son y deberían valernos. Poco convencidos, preguntamos al señor google: la bodega que nos indicaron en la oficina de turismo no tenía nada de ecológico, pero sí que encontramos 2 o 3 bodegas entre las 25 que lo son. Una vez más, reafirmamos nuestra idea de que el desarrollo sostenible y de lo ecológico en Nueva Zelanda tiene mucho retraso…
Dimos una vuelta por los alrededores y descubrimos que la mayoría de los dominios son pequeños y nos paramos en Cambridge Road, uno de los que nos interesaban. Primera sorpresa, la cata costaba 10$ por persona y nada de ofrecerla como descuento si comprábamos algo! En todos los otros dominios, es gratis o cuesta 5$, que te descuentan en caso de comprar algo. Compartimos una degustación entre los 2, pues todavía teníamos un poco de carretera por delante.
La propietaria sacó un vaso (de agua, no de vino) y nos sirvió un primer “fondo” de vino. 2 pequeños sorbos, nada más! Nos soltó su discurso, sin mucho interés en mantener una conversación con nosotros. Los vasos se sucedieron, buen vino, pero nos sentimos mal recibidos: nada de acomodarnos en una mesa, el mismo vaso de agua para todos los vinos (tinto, blanco, rosado) y sin enjuagar, casi ni se esforzaba en contestar a nuestras preguntas… en menos de 15 minutos la cata había terminado. Habíamos ido con la intención de comprar una buena botella para degustarla en nuestra pequeña furgo bajo un atardecer espectacular (y las botellas no son baratas que digamos…), pero después de eso, zero ganas! Nos fuimos decepcionados, prometiéndonos no hacer ninguna otra cata!
Cape Palliser, al fin!
La ruta sigue hasta la costa. Al llegar, vimos el mar a lo lejos: ese es el color del mar? Un fuerte color turquesa nos dejó anonadados! Cape Palliser, un flechazo! Desde el principio, quedamos conquistados por la carretera costal, las playas de arena negra, las olas y el agua turquesa. Realmente una de las mejores carreteras de Nueva Zelanda hasta la fecha!
Hey mother foca! (No, no es una roca!)
Unos kilómetros antes del faro de Cape Palliser, paramos a observar las focas. Pues claro, la guinda sobre el pastel, hay focas por todas partes! Desde que las vimos en East Cape y Wellington, nos encantan! Nos quedamos allí 2-3h observándolas, perdiendo toda noción del tiempo. Esta colonia, más pequeña que la de Wellington con un centenar de ejemplares, es mucho más activa : gritan, se pelean, saltan, nadan, juegan… no nos cansamos! Y el lugar es increíble.
(Esto es sólo una pequeña selección de nuestra sesión de fotos… imposible no darle al botón!)
Llegamos al fin a Cape Palliser : el faro es magnífico, muy fotogénico con sus rayas rojas y blancas y la vista sobre la costa. Nos encantó!
Volvimos unos kilómetros atrás, a Ngawi, para pasar la noche frente al mar. Dormirse con las olas, si esto no es el paraíso…
Excursión a los Putangirua Pinnacles
Por la mañana, parada temática de “El señor de los Anillos”! Peter Jackson rodó un poco por todo el país, y uno de los lugares (el sendero de los muertos en “El Retorno del Rey”) es los Putangirua Pinnacles, una formación rocosa erosionada. Además la excursión no está mal! Empezamos en sentido de las agujas del reloj, subiendo la cuesta bajo la sombra de los árboles. Algunos miradores ofrecen una vista global de la zona.
Bajamos a los Pinnacles. Son formaciones raras formadas por la erosión. Impresionantes y delicadas! Hacia mucho calor, pero el paseo mereció la pena.
Nous descendons ensuite vers les Pinnacles. Ce sont des formations assez drôles, sculptées par l’érosion. Impressionnant à voir, car on se demande comment ça fait pour toujours tenir debout ! Il fait très beau, très chaud car le soleil tape mais la balade vaut le détour.
Lake Ferry
Ya para terminar, nos paramos en Lake Ferry, donde unas dunas separan el lago del mar. No nos cansamos de las olas rompiendo sobre la arena negra…
Y como todavía teníamos tiempo antes de volver a Windy Welly, nos paramos de nuevo en el lago Wairarapa (donde pasamos la primera noche). Un poco de sombra, una manta y a descansar! Esta escapada a Cape Palliser fue realmente una buena idea. Fuera del circuito turístico, pocos se toman el tiempo de visitar la zona… Y casi que mejor! Nos gusta descubrir lugares de los que no esperamos nada… A menudo son los mejores!
Después de del tour por la Isla Norte que realizamos en otoño-invierno, viajar en verano es un verdadero placer. El sol se esconde tarde (21h30 contra las 17h30 de invierno), temperatura agradable, aperitivo todos los días… Como las vacaciones de verdad!
Sólo pensamos en una cosa: llegar a la Isla Sur, repleta de turistas!
De vuelta a la ciudad, hicimos otra excursión al día siguiente: Baring Head, que ofrece vistas espectaculares sobre la entrada de la Bahía de Wellington. No os lo perdáis si estáis por allí!